Patinazo de Alvarellos en Coeses
Enrique G. Souto
Junio 2024
Desde que en la poltrona municipal de Lugo asienta sus reales en condición de alcaldesa la socialista Paula Alvarellos no hay día que no recuerde, y para mí recite, estos versos con los que el inolvidable maestro de periodistas y escritores que fue Jaime Campmany abrió su Romance de la presidenta, dedicado a Carmen Romero: “Poned atento el oído / y estirad bien las orejas, / que el oráculo de Delfos / encarnó en la presidenta / y por su boca nos habla / palabras de gaya ciencia”. Si Lara Méndez lograba, con frecuencia diaria, sumir a este baqueteado cronista en la inquietante duda de si lo suyo era impostado, una pose, o realmente respondía a una natural incapacidad para atender con razonable eficacia sus obligaciones como alcaldesa, su sucesora, Paula Alvarellos, logra dejarme patidifuso cada día con sus ocurrencias. Sería cosa divertida si no fueran asuntos tan serios los que se trae entre manos. Lo de la planta de biometano proyectada en Coeses es uno de esos asuntos, en los que, de nuevo, la intervención municipal, como siempre espesa, parece regirse por los más severos principios del marxismo grouchiano.
Alvarellos, de trompicón en trompicón en la gestión institucional, gracias con frecuencia a sus socios nacionalistas, tiene el infortunio político de tener frente a ella a la popular Elena Candia, curtida en labores de alcaldesa en el Mondoñedo de Cunqueiro, y de diputada provincial y autonómica. Candia, que no da puntada sin hilo, le ha ganado por la mano a Alvarellos en Coeses, porque las alegaciones populares a este proyecto son tan claras y contundentes que han permitido a los vecinos saber, sin lugar a dudas, que respalda plenamente sus planteamientos, aspiraciones y preocupaciones. Y así, claro, Alvarellos va de sobresalto en sobresalto, tratando de sofocar los incendios que su deficiente gestión, como en el caso de Coeses, enciende o agrava en las muchas áreas que conforman el entramado municipal.
Alvarellos, ¡ay!, gasta la adusta expresión de quien padece malestares que dificultan la sonrisa. Y es que bastaría con lo de la proyectada planta de biometano de Coeses para perder la sonrisa, aunque la verdad es que tiene unos cuantos motivos más para ello. La reacción del socialismo gobernante en Lugo con respecto al asunto de Coeses fue/es tan lenta y carente de perspectiva; tan de pardillos políticos, que incluso genera cierta ternura. En fin, está claro que el socialismo lucense, en particular, y el gallego, en general, no acaba de encontrar su camino. Bajo la dirección de José Ramón Gómez Besteiro, al igual que con sus predecesores, el PSdeG va de crisis en crisis. Y esa crisis se traduce en una pésima gestión en muchos de los concellos en los que los socialistas asumen responsabilidades de gobierno. En Lugo, es evidente; el problema de Coeses sólo es una muestra más de cómo está el patio municipal. La popular Candia bien pueden decir de la gestión de Alvarellos aquello que dejó escrito Villamediana: “Determinarse y luego arrepentirse, / empezarse a atrever y acobardarse, / arder el pecho y la palabra helarse, / desengañarse y luego persuadirse”.