El PSOE, atrapado en su propia red

Lugo, 20 de julio de 2019

Enrique G. Souto

Mientras los socialistas lucenses eligen entre Otero y Arias para la secretaria provincial del partido, en Madrid Pedro Sánchez se debate atrapado en la red con la que quiso neutralizar a Pablo Iglesias. A Sánchez y a su asesor Iván Redondo les fallaron las cuentas en su intento de hacerse con el centro político, en una jugada tantas veces puesta en práctica por el PSOE desde 1979 cuando González se esforzaba por enviar el marxismo al museo de la Historia: «Compañeros, hay que ser socialistas antes que marxistas». También esta vez, el PSOE, pilotado por Sánchez, intentó dejar en la cuneta de la Historia al marxismo que encarnan Podemos y Pablo Iglesias, pero le salió mal. Y ahora se enfrenta al dilema de tragarse su oferta de acuerdo con Podemos, sin Iglesias como ministro, o situar en el Gobierno a los que representan aquello que González quiso archivar.

     En Madrid, Pedro Sánchez ve cómo su estrategia hacia la centralidad va camino del desastre, porque Iglesias fue más rápido de reflejos de lo que él calculó. A Sánchez, preocupado como está por asegurar su permanencia en la Moncloa, las elecciones primarias en Lugo para elegir al secretario provincial del PSOE seguramente le importante muy poco. Pero en Lugo sí importan las batallas internas del PSdeG-PSOE, porque, como es sabido, han dado pie a cuatro años esperpénticos en el palacio de San Marcos y al peor cuatrienio en el Concello de Lugo. En el marco de la renovación en la cadena de mando provincial, a los que siguen la política lucense no les pasó desapercibida la «reaparición» bajo los focos de José Ramón Gómez Besteiro, ex secretario xeral del PSdeG y expresidente de la Diputación Provincial.  Besteiro se dejó ver paseando por el corazón de la ciudad, algo inusual durante los últimos años, y asistió a la investidura de Tomé como presidente del organismo provincial. ¿Casualidad? ¿Aviso de un intento de vuelta a la primera línea política si las cosas ruedan bien para él en el campo judicial a corto plazo? ¿Tiene algo que ver con las próximas elecciones autonómicas? Las respuestas, en los próximos meses, pero los lucenses interesados por la política no deben dejar de permanecer atentos. Puede que el escenario se anime; es más, es seguro que se animará, aunque solo sea porque será cosa de ver cómo la nueva secretaría provincial del partido ejerce su autoridad sin tener en sus manos el bastón de mando de la Diputación, que está en las del alcalde de Monforte.

    A Sánchez le gustaría no necesitar los votos del independentismo para ser presidente. En Lugo, ni a Tomé ni a Lara Méndez, ni a muchos otros alcaldes, les preocupa gobernar coaligados con el independentismo que representa el Bloque; independentismo oculto bajo la piel de cordero de la falsa imagen fresca de sus nuevos líderes y representantes institucionales. El PSOE ayuda a incubar en Lugo el huevo de la serpiente del independentismo como antes lo hicieron en el ámbito estatal Zapatero y el propio Pedro Sánchez. El BNG ha demostrado que le importa muy poco la gestión de las grandes áreas; le interesa gestionar la cultura y todo lo que, dentro de las competencias municipales, tiene que ver con la educación. Con la cultura y la educación pusieron vascos y catalanes las bases del independentismo; en Galicia, en Lugo, el BNG, socio de Bildu en las pasadas elecciones europeas, está ahora en eso. Y al PSOE no le importa en Galicia lo que agobia a Pedro Sánchez: compartir gobierno con los marxistas (léase UPG). Seguramente Iván Redondo le recordó a Sánchez, por activa o por pasiva, que el triunfo está en el centro. Es seguro que tuvo presente el aviso de González: «Compañeros, hay que ser socialistas antes que marxistas». Mientras en Madrid aún intentan una maniobra elusiva, en Galicia el PSOE se entrega a los marxistas que cultivan el independentismo. La Historia le pasará factura.